Los Oleirenses nos hemos sorprendido con la magnífica noticia de que el Alcalde renuncia este año a su grotesco espectáculo, caracterizado por el mal gusto y la ausencia de toda gracia.
Y no es por falta de palmeros que le vinieran animando y riendo las gracias, que reírselas se la reían, algunos con notable sonoridad, (por la cuenta que a algunos les tiene).
Lo cierto es que no sabemos muy bien la causa de esta inesperada bendición pero, en todo caso, celebramos con alivio el habernos librado, al menos este año, de tan bochornoso espectáculo.
Imagen y Captura: www.elidealgallego.com